La falsa salida de Teresa Morales y Rodolfo Espino del grupo de gobierno ha generado más enfrentamientos entre ambos con acusaciones tan graves como la de transfuguismo o el aprovechamiento personal del cargo.
Si el sábado Saavedra sorprendía al asegurar que Espino no dejaría el Ayuntamiento por ahora pese a que le había entregado su renuncia, no menos sorprendente fue conocer ayer que Morales, tras anunciar su renuncia al cargo pero no al acta de concejala, se baja una planta para quedarse en las oficinas del grupo municipal del PSOE, muy cerca del despacho del alcalde y del nuevo hombre fuerte, Sebastián Franquis.
Estas decisiones de ambos ediles parecen responder a un capítulo más de los desencuentros y enfrentamientos que han protagonizado desde que accedieron al gobierno municipal en 2007. Enemigos íntimos desde entonces, los ataques directos o entre los entornos de ambos no parecen haber cesado a pesar de sus anuncios de retirada. En esa dinámica, algunas personas cercanas al grupo de gobierno no dudan en asegurar a quien les oye que Espino rogó a Saavedra hace unos días que no le cesara aún y a cambio le prometió su acta de concejal con el fin de cumplir los dos años -el próximo 18 de junio- en un cargo público. Condición que como funcionario le puede reportar un ascenso al nivel 30, el máximo dentro de la función pública. También ha sido tema de comentarios el que Rodolfo Espino acusara abiertamente el domingo en un acto público a Morales de "tránsfuga" por no dejar el acta de concejala.
Otros censuran a Teresa Morales que de repente se haya interesado por la ópera, como pasó el pasado domingo, cuando ocupó un asiento al lado de un sorprendido Saavedra, poco acostumbrada a ver a su segunda en actos de esa índole.
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