martes, 21 de abril de 2009

Todos indefinidos, despidos más baratos y menos tiempo en paro: propuesta anti-crisis


Más de 100 economistas firman cuatro propuestas activas para acabar con los efectos laborales de la crisis.

Contratos indefinidos para todos, con el contrato de sustitución como único modelo de contratación temporal, acortando las diferencias del coste del despido entre los contratos temporales y los indefinidos, al menos en los primeros años de contratación; o plantear a medio plazo un aumento del nivel de prestaciones por desempleo reduciendo su cuantía de forma progresiva a su duración, como método para incentivar la búsqueda de empleo, son algunas de las ideas más novedosas presentadas este martes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en una propuesta para la reactivación laboral española avalada por cerca de 100 economistas académicos del país.

La propuesta, presentada por académicos de la talla de Javier Andrés (catedrático de la Universitat de Valencia), Samuel Bentolila (Profesor del Cemfi), Juan José Dolado (catedrático de la Universidad Carlos III) o Florentino Felgueroso (investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Fedea), pretende, según explicó este último a Canariasaldia.com, llegar progresivamente a los diferentes agentes socio-económicos del país, pasando por las patronales, los sindicatos y las instituciones, hasta alcanzar el Congreso de los Diputados, al que solicitarán en los próximos días una comisión para hacer llegar la iniciativa al Estado.

El objetivo primordial de la investigación que ha desembocado en el documento presentado hoy y que se encuentra publicado para el acceso público en la web www.crisis09.com, ha sido: “contribuir al debate sobre la necesidad de una reactivación laboral en España”. Para lograrlo, la propuesta desarrolla con cuatro frentes primordiales a atacar, dirigidos a corregir los desfases observados en el número de parados que sufre España en comparación con el resto de países de la zona euro. “Con una tasa de paro cercana al 15%, y que podría alcanzar el 20% durante los próximos meses, es urgente atacar las causas que generan una destrucción de empleo tan intensa”, afirman, recalcando que los países europeos se encuentran en un 8% de tasa media de desempleo.

El primero de los puntos que es necesario abordar, según estos economistas, es la “volatilidad del empleo”. “Desde hace más de dos décadas, alrededor del 30% de los asalariados tiene un contrato temporal”, afirman. Una situación que proponen erradicar “simplificando el actual menú de contratos de trabajo”. La fórmula ideal que abren al debate es la constitución de un único contrato indefinido para todas las nuevas contrataciones.

Florentino Felgueroso, investigador de la Fedea y uno de los ideólogos de la propuesta, considera que esta nueva fórmula acabaría con la situación actual, en la que “muchos trabajadores no consiguen cobrar nunca una indemnización por despido”. El objetivo es que “no haya personas atrapadas toda la vida en la trampa de la temporalidad”. Para lograrlo sería necesario incentivar a las empresas para que lo apliquen y el modo de hacerlo es reducir las diferencias “desproporcionadas” que existen entre las indemnizaciones a los indefinidos y a los temporales.


Presentación Crisis09

Presentación de la propuesta Crisis09 en el Circulo de Bellas Artes de Madrid. / Canariasaldia.com


Felgueroso: "Sería deseable que hubiera una concentración de apoyo alrededor de esta políticas para que se pudieran llevar a cabo"

“Se podría empezar con una indemnización ligeramente superior a la actual para los contratos temporales y aumentarla progresivamente hasta alcanzar un valor alrededor de la media europea, por debajo del nivel actual más común para los despidos improcedentes, 45 días, que es de los más altos de la OCDE”, afirman.

El segundo punto fundamental de la propuesta de estos investigadores se dirige a la redefinición del sistema de protección a los desempleados. Si bien, en estos momentos, el Estado se plantea la ampliación de las prestaciones por desempleo hasta los cuatro años, en vez de a los dos años como se ejecutan actualmente, estos investigadores opinan que dicha medida tendría “efectos perversos”. Ellos ofrecen una alternativa: fomentar que “el primer año la pérdida del poder adquisitivo del desempleado no sea tan grande y que luego haya una reducción progresiva de las prestaciones, sin que se agoten totalmente, para que no se desincentive la búsqueda de empleo”.

Además, la propuesta incluye la aplicación de un sistema similar al que se lleva a cabo en estos momentos en Austria, consistente en la reserva de un tanto por ciento de las cotizaciones de los trabajadores para ingresarlo en “fondo de ahorro” sobre el cual el trabajador “nunca pierda los derechos”. Este fondo, según explica Felgueroso, sería accesible para todos los trabajadores tras un despido, hayan acumulado o no el tiempo mínimo para cobrar el desempleo. Esto implicaría que, en situaciones extremas, “la gente pueda costearse su propio desempleo”. Además, de no utilizarse, el fondo iría a formar parte del fondo de jubilación de cada trabajador.

También en el ámbito del desempleo, estos académicos inciden en la necesidad de “aumentar la eficacia de las políticas de empleo”, para lo que sería necesario concentrar las políticas activas “en los trabajadores con menor cualificación, que son los que sufren los períodos más largos de desempleo a fin de evitar el paro de larga duración”. Piden además "una evaluación rigurosa de las actividades realizadas”.

Finalmente, los economistas entran en el campo de la negociación colectiva considerando que los actuales acuerdos “deben adaptarse a las circunstancias reales de hoy en día” y ser “menos rígidos”. Por ello consideran que “los acuerdos de empresa, ya sean convenios de empresa u otros acuerdos que se alcancen entre los empresarios y los comités de empresa, deben prevalecer sobre los convenios de ámbito superior”, insistiendo en que actualmente esto sólo es posible “bajo condiciones muy restrictivas”.

Con todo ello, los ideólogos de esta propuesta, esperan abrir un debate que llegue a un consenso que facilite su ejecución real. “Sería deseable que hubiese una concentración de apoyo alrededor de estas políticas para que se pudieran llevar a cabo”, afirma Felgueroso, por lo que esperan que las diferentes presentaciones a los distintos colectivos socio-económicos se traduzcan en un deseo de aplicación del proyecto.

“La experiencia internacional demuestra que es posible mejorar significativamente esta situación. Para lograrlo es preciso adoptar un enfoque global de la regulación laboral, teniendo en cuenta los efectos colaterales indeseados que unas instituciones puedan tener sobre los objetivos perseguidos por otras”, recalca la propuesta.

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